El mercado de la carne bovina.

Situación internacional Según FAO, la producción mundial de carne cayó 1% en 2001, pero en este año se prevé un récord de 60 millones de toneladas, con un crecimiento de 2%. Se espera que el incremento será mayor en los países en desarrollo (4%), cuyo aumento en la participación se puede ver facilitado por la disminución de la producción de Estados Unidos, quien aporta un 20% de la producción mundial, y por el sólido aumento de la producción de Brasil y China. La Unión Europea también podría subir un 4% su producción de carne bovina, en parte por una regularización de las condiciones de sacrificio, que se habían visto alteradas durante el año pasado por la situación de fiebre aftosa y por los casos de encefalitis espongiforme bovina (EEB).FAO estima que el comercio internacional de carne cayó un 3% en el año 2001 y para este año proyecta un crecimiento de 4,4% respecto al año anterior, alcanzando la cifra de 5,8 millones de toneladas. Este aumento estaría basado en una recuperación de las colocaciones de carne por parte de los países que estuvieron afectados con focos de fiebre aftosa, especialmente los de América Latina.Por su parte, la Unión Europea también considera subir sus exportaciones, y se espera que coloque cerca de 600.000 toneladas, las que aún están por debajo de las 800 mil toneladas cuya exportación la OMC le acepta subvencionar. América del Norte ha entrado en un proceso de recomposición del rebaño, esperándose que EE.UU. disminuya en un 5% sus exportaciones. De hecho ya se observa un aumento del precio interno.En relación a las importaciones, se espera que haya aumentos de éstas en Egipto, Corea, la Federación Rusa y EE.UU. Sin embargo, Japón, por la impresión que causó en el consumidor japonés la aparición de focos de EEB en su territorio, ha reducido su consumo de carne bovina importada.Al observar el impacto que tuvieron las enfermedades de los animales en el año 2001, se revela la fragilidad que existe en los patrones de intercambio comercial. El crecimiento del consumo y del comercio ha tendido a detenerse, alcanzando en 2001 su menor nivel de las últimas dos décadas y observándose el primer año de estancamiento del consumo per cápita de carne en treinta años. La preocupación por la inocuidad de los alimentos ha afectado no sólo a países desarrollados, sino también a países en vías de desarrollo; de hecho, el aumento del consumo per cápita de carne en dichos países, cuyo promedio en la década pasada fue de 4,4% anual, fue sólo marginal en 2001. Aunque gran parte de esto se debe a la situación económica, también es atribuido parcialmente a inquietudes en materias de sanidad. La situación sanitaria de nuestro país sigue siendo de excepción, ya que es el único país del cono sur de América que permanece libre de la fiebre aftosa. El mantener esta condición ha significado un alto costo al Estado chileno y fuertes restricciones al sector de los productores. Durante el año pasado, el Estado de Chile invirtió un monto cercano a los 2 millones de dólares para mantener la vigilancia sanitaria en los límites fronterizos y establecer una zona de exclusión de animales en sectores cercanos a la frontera, en un cordón que va desde la IV hasta la IX regiones. La condición de país libre de fiebre aftosa incluye a nuestro país en una elite de 55 países en todo el mundo que se encuentran en esta condición.Por otra parte, nuestro país permanece entre las naciones con menor riesgo de presentación de casos de la EEB. Durante el año pasado, por una disposición de prevención sanitaria, se determinó el sacrificio de una partida de vacas Jersey que se había importado de Dinamarca, país donde al momento de la importación no se habían observado casos de EEB, pero que en el año 2000 presentó uno y en el año pasado tuvo 6 casos. El análisis de laboratorio de las muestras de estos animales arrojó resultados negativos. En abril de este año se autorizó la entrada de carne desde Uruguay y recientemente se volvió a abrir el mercado para la entrada de carne desde Rio Grande do Sul en Brasil, zona que estaba interdicta debido a los focos de fiebre aftosa que presentó durante el año pasado.Chile no puede abandonar su sistema de control sanitario, a pesar del costo que ello significa para el erario nacional, ya que el sostener a nuestro país como libre de esta enfermedad nos permitirá seguir creciendo en las colocaciones de productos pecuarios, como la carne de cerdo, y comenzar a enviar carne bovina nacional a los mercados externos.Durante el primer semestre de este año, se ha exportado un volumen de 670 toneladas de carne, principalmente a los mercados de Centroamérica. Este volumen supera todo lo que anteriormente había exportado nuestro país: a modo de ejemplo, en el año pasado se llegó a sólo 68 toneladas.En relación a esto último, con el fin de posicionar la carne bovina en los mercados internacionales, se han ido cumpliendo los compromisos contraídos, tanto por el sector privado como por el sector público, en términos de afinar un sistema que permita la exportación de este tipo de producto. En el transcurso de los últimos doce meses se ha elaborado un manual de buenas prácticas ganaderas; se han estructurado los PABCO bovinos (Planteles Bajo Control Oficial) y se ha establecido un plan nacional de control de residuos en carne bovina. A su vez, en el sector privado, para cumplir las exigencias de los países importadores, los productores se han agrupado a través de los Programas de Desarrollo de Proveedores con el propósito de producir ganado de carne que cumpla con las exigencias de los países importadores en relación a las normativas de inocuidad en la producción y, por su parte, el sector de mataderos ha estado realizando inversiones, tanto en estructuras como en sistemas operacionales, que garantizan la calidad del producto.En esta perspectiva se efectuó en el segundo semestre del año 2001, con la participación de productores y faenadores, una gira para prospectar el mercado de la carne bovina en la Unión Europea, en tanto en el primer semestre de este año se realizó un viaje similar para prospectar el mercado centroamericano. En ambas giras se pudo constatar el interés de estas regiones por contar con carne bovina chilena. En el caso de Centroamérica, ya se han estado efectuando exportaciones de carne a países de esa región, con una buena evaluación por parte de los importadores, lo que crea una perspectiva de crecer en el futuro próximo.Como resultado de las negociaciones con la Unión Europea, se convino para Chile una cuota de 1.000 toneladas de carne bovina, con un incremento de 100 toneladas anuales. Esta asignación comenzaría a regir a partir de la ratificación de la firma del acuerdo comercial, el que se espera que se ponga en vigencia a partir de enero del año 2003.Durante el mes de mayo el Ministro de Agricultura, junto con empresarios del sector, viajó a Japón y China con el fin de avanzar en la colocación de carnes nacionales en dichos países. Uno de los resultados de esta gestión es que viene a Chile una misión comercial japonesa para conocer in situ nuestra industria cárnica, y se espera comenzar prontamente el envío de algunos embarques de carne bovina a dichos mercados. Por otra parte, la firma de un protocolo de acuerdo zoosanitario con China permitirá la solución de controversias que se susciten en futuras transacciones comerciales de productos pecuarios.Chile está en un proceso de negociación para un acuerdo de libre comercio con EE.UU. Si se modifica el actual tratamiento arancelario de la carne bovina, producto que en su ingreso es afectado por elevados impuestos aduaneros, nuestro país podría quedar en condiciones de exportar a dicho mercado, uno de los más importantes y atractivos del mundo. Todas estas negociaciones se hacen al mismo tiempo que la producción de carne bovina está cayendo en el país. Es así como hasta junio de este año ha disminuido cerca de 5%, alcanzando a alrededor de 105 mil toneladas. La variación mensual ha sido errática, pero la mayor de ellas se registró en junio, con una reducción de 17%. Esta disminución se ha observado en todas las categorías de animales vacunos, pero es más evidente en vaquillas y terneros, con bajas de 13,2% y 11,5%, respectivamente. La carne de vacas ha caído en alrededor de 3%. Con esto se ha acentuado la participación de los novillos, que ha llegado a 54% del beneficio, en tanto que vacas y vaquillas alcanzan cada una a 19%.Se dan varias razones para la citada reducción. Tal vez la más importante es una posible retención de vientres, que podría tener dos causas principales: la producción de terneros, cuyo precio ha estado bastante alto, evidenciando el interés por comenzar procesos de crianza y engorda, y la producción de leche, a pesar de la caída que se observa en su precio (o tal vez por eso mismo). Una segunda razón es de origen meteorológico: hubo una fuerte sequía en los primeros meses del año, que afectó el crecimiento de las praderas y el desarrollo de los animales, que en este año presentan relativamente menor peso y que, sobre todo al principio, llegaron al mercado sin acabar su engorda. Más al sur, sobre todo en la XI Región, se han producido temperaturas muy bajas, que han interferido en el proceso productivo animal.En relación a las importaciones, hasta junio de este año han crecido un 7,5% y alcanzan a cerca de 43 mil toneladas. El principal abastecedor de carne a Chile ha sido el Brasil, con un 66% de las importaciones, seguido por Paraguay, con un 26%, y apareciendo nuevamente Uruguay con un 8% de participación en las importaciones de carne. En cuanto al tipo de carne importada, continúa creciendo la importancia de la carne refrigerada, que ya representa un 80% del total importado. El valor medio de las importaciones de carne bovina ha caído cerca de 9%, alcanzando un precio medio de US$ 1.785 por tonelada, frente a un promedio en el año pasado de US$ 2.028 por tonelada. El producto que más cae en su valor es la carne refrigerada, que baja aproximadamente un 14%, llegando a un valor promedio cercano a US$ 1.800/ tonelada. La disminución de la oferta interna de carne bovina ha permitido un mercado firme a nivel de productor, y el precio de la carne durante el primer semestre se ha mantenido en un nivel ligeramente superior al del año pasado (1,1%). En el eslabón de carne por mayor, en la vara, se aprecia un aumento de precios de 6,5%, en tanto a consumidor el aumento de precios alcanzó un 4,5%.Las otras carnes también pasan por un momento especial. La carne de cerdos creció fuertemente durante el primer semestre de este año (cerca de un 9% con respecto a igual período del año pasado). En tanto, la producción de carne de aves no presentó crecimiento, sino una baja de 2,8%. El continuo aumento de la producción de carne de cerdo tiene su origen en las expectativas de aumentar las colocaciones en el extranjero.En el caso de las aves, los aumentos en los valores de los insumos alimenticios usados en su producción, como maíz y afrecho de soya, han sido traspasados al precio a consumidor, lo que ha llevado a frenar su crecimiento. Por otro lado, la carne de aves ha sido afectada por un episodio sanitario, con la aparición de dos focos de influenza aviar en planteles avícolas de una misma empresa en la V Región. Ambos focos fueron despoblados y se está llevando a cabo un proceso de desinfección y eliminación de restos orgánicos. Ello ha afectado nuestras exportaciones de carne de aves, ya que se han cerrado los dos mercados de destino más importantes: México y la Unión Europea. No obstante, se espera recuperarlos prontamente, ya que las medidas adoptadas por el SAG parecen ser las acertadas y no se han presentado nuevos casos de la enfermedad.Se espera que en los próximos meses se habiliten mataderos para exportar a nuevos mercados externos, como México, la Unión Europea y otros países, y que continúen las exportaciones que se están realizando a Centroamérica. El comienzo de la colocación de carne nacional en los mercados extranjeros en volúmenes interesantes podría alterar la situación de las carnes en los próximos meses. No obstante, también podría esperarse que, debido al precio medio del ganado en los países que exportan carne a nuestro país, el más bajo de los últimos años, el volumen de importaciones podría aumentar, esto a pesar del alza del dólar y del bajo crecimiento del consumo en nuestro país.En relación a la oferta interna, se espera que se mantenga la curva estacional de precios del ganado, que normalmente alcanzan su máximo nivel a salidas de invierno. Estos precios comenzaron a subir a partir de abril, lo que se ha mantenido hasta el mes de julio. En los primeros siete meses el precio medio de la carne de bovinos, considerada en su conjunto, ha sido similar al del año anterior.La oferta interna de carne bovina podría seguir bajando. Por lo tanto, cabría esperar que la producción durante este año esté en un nivel ligeramente inferior al del año pasado. Así, se estaría nuevamente ante un año de baja producción, con un volumen que se estima alrededor de 214 mil toneladas, lejano al máximo del año 1997, cuando se obtuvieron 262 mil toneladas de carne en vara. En todo caso, este menor nivel de producción tendrá un efecto positivo en los precios, los que se espera que se mantengan en un buen nivel durante el segundo semestre de este año.

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Moya S., Juan Enrique (2002-08-19) El mercado de la carne bovina. [en línea].  (Consultado: ).
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Recursos relacionados

El mercado de la carne bovina.
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2001-10-10
Producción de carne: situación actual y perspectivas para 2002.
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2002-07-01
Producción de carne: situación actual y perspectivas para el segundo semestre de 2001.
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2001-06-01