Género y cambio climático GUÍA Por qué y cómo trabajar iniciativas de agricultura sostenible adaptadas al clima con enfoque de género

El género es una construcción social, histórica y cultural sobre la manera en que se comportan hombres y mujeres a partir de su diferencia sexual o sexo biológico (Rubin, 1986). Es decir, el conjunto de estereotipos, roles, responsabilidades, derechos, creencias e ideas que las sociedades atribuyen a hombres y mujeres -o más bien, a lo masculino y a lo femenino-, en una sociedad y contexto específicos (Lamas, 2002). Tradicionalmente, lo masculino está ligado al mundo público, la fuerza y racionalidad, el ser para sí mismos y para su profesión u oficio; mientras que lo femenino se vincula con el espacio privado o doméstico (el hogar), la debilidad y emocionalidad, el ser para otros en rol de cuidadoras (madres, hijas, hermanas). La estructuración del género se convierte en un hecho social de gran fuerza, que llega a entenderse y vivirse como natural. Algunos ejemplos son: Todas las mujeres serán madres, todas las mujeres deben saber cocinar, todas las mujeres manejan mal, todas las mujeres son sensibles, todas las mujeres en el poder son complicadas y conflicti vas, entre otros. Todos hombres son insensibles, todos los hombres son incapaces de cocinar, todos los hombres son violentos, todos los hombres deben ser los proveedores del hogar, entre otros. Pero género también es una herramienta de análisis para explicar y modificar los dispositivos que están a la base de la subordinación y dominación de las mujeres. El enfoque de Género no es sinónimo de mujer, ya que este acerca miento invita a observar las desigualdades entre hombres, mujeres y disidencias de género No es una medida técnica ni una variable de medición, es un enfoque de análisis. Con el enfoque de género se reconoce que los hombres también pueden ser discriminados en algunos casos, dadas las construcciones sociales que sobre ellos se instalan.