Informe mensual de la dinámica productiva, octubre 2002.

Los efectos de la Corriente del Niño se han dejado sentir en nuestro país. La primavera lluviosa y las bajas temperaturas registradas tanto en el norte como en el sur han dañado en algún grado el desarrollo de la agricultura. Los recientes temporales de lluvia y viento en el sur del país han afectado especialmente a las regiones IX y X. Para la IX Región se estima que existen alrededor de 5.900 familias damnificadas y 11.443 hectáreas y 37.200 animales afectados. En la Décima Región (Osorno) las precipitaciones de la primera quincena del mes de octubre fueron de 222 mm, en comparación con los 34 mm del promedio histórico en ese período. Los efectos generales de este temporal han sido el retraso en las siembras de cultivos y praderas, dada la imposibilidad de efectuar las labores de preparación de suelo y la siembra propiamente tal. Se estima que desde los Ángeles hacia el sur los trigos de primavera simplemente no se pudieron sembrar y a estas alturas ya es arriesgado hacerlo. Los trigos invernales no han sido afectados en gran medida, pero, como en todo año lluvioso, se espera que bajen los rendimientos, por crecimiento desuniforme y problemas de hongos. La aplicación de agroquímicos también se ha visto retrasada, en especial la fertilización de praderas. Se ha informado de pérdida de siembras de remolacha en las regiones VIII, IX y X, y crecimiento desuniforme para las establecidas. La utilización de praderas se ha visto afectada, ya que el suelo se encuentra saturado y pierde su resistencia mecánica al pisoteo animal. Es probable que esto repercuta en una disminución del potencial de producción, lo que deberá ser corregido con regeneraciones de otoño, con los consiguientes mayores costos para el agricultor. Por otra parte, si bien la zona maicera no se ha visto tan afectada, se aprecian siembras atrasadas y en malas condiciones en la VII Región; pero los productores están intentando ponerse al día y es probable que logren anular el posible impacto de los atrasos. En la VI Región las condiciones meteorológicas han sido bastante favorables y el cultivo se desarrolla normalmente. Por estos días el precio del maíz ha alcanzado su nivel más alto en el mercado interno, con cotizaciones de $ 92 a $ 95/kg, con una demanda esporádica por parte de pequeños usuarios. En arroz la situación es más preocupante, ya que las siembras se encuentran muy atrasadas y se espera que esto traiga como consecuencia una disminución en los rendimientos. Todo esto en un contexto de precios internacionales en un mayor nivel que en el año anterior y con una alta probabilidad de mantenerse estables e incluso subir debido a la situación de stock mundial reducido. Esto hace que desde ya se vislumbren condiciones más favorables en la comercialización interna del cereal. El atraso en la cosecha de papa temprana de la zona central, ocasionado por las fuertes lluvias invernales que la azotaron, sumado al retraso que ahora se presenta en las siembras de papa de guarda de la zona sur, lo que probablemente retardará también su cosecha en el 2003, conforman un panorama actual de precios altos. En el mes de septiembre, el precio promedio de la papa en los mercados mayoristas de Santiago fue de $ 16.179 / saco de 80 kg, un 150% más alto que el registrado en el mismo mes de 2001, en tanto que el volumen arribado fue un 33% menor. Se estima que estos precios, si bien deberían tender a bajar, se mantendrán en niveles elevados hasta febrero o marzo, cuando comience a comercializarse la producción del sur. No obstante, el elevado interés por sembrar por parte de los agricultores sureños se ha visto obstaculizado por la falta de semilla y el ya comentado atraso en las faenas por las lluvias, razón por la cual se espera que en el próximo año el nivel de precios se sitúe en niveles normales a altos, aunque no tanto como en el año 2002. La situación actual de precios altos y baja oferta ha provocado la importación de papas frescas, casi en su totalidad desde la Argentina, la que acumula entre enero y agosto una cantidad de 140 toneladas. En tomates, la cosecha de las regiones IV y V se encuentra también atrasada. Los efectos de las lluvias se han manifestado en un retardo en el desarrollo del cultivo y pérdidas de producción. Los invernaderos de la V Región, cuya producción normalmente es recolectada en el mes de septiembre, han recién iniciado sus faenas a mediados de octubre. El precio promedio en el mes de septiembre fue de $ 7.506 / caja de 20 kg, un 41% superior a lo anotado en el mismo mes de 2001. Se estima, en todo caso, que la situación de abastecimiento debería comenzar a normalizarse, junto con un descenso en los precios. Al igual que en el caso de las papas, la situación de altos precios y baja oferta motivó la importación de tomates frescos desde Perú. Aún no se conoce la cantidad exacta que ha entrado al territorio nacional, pero se sabe que el SAG autorizó, en forma transitoria, la internación de 300.000 kilos, provenientes de un sistema de producción bajo invernadero de alta seguridad, con el objeto de evitar el ingreso de plagas cuarentenarias a Chile. En frutales, las heladas que afectaron a la III Región a fines de invierno provocaron un daño puntual en 150 hectáreas de uva de mesa en la parte alta de esta zona (en total se cultivan alrededor de 6.000 ha en la región), las cuales no van a producir y aún no se sabe si podrán recuperarse para la próxima temporada. En tanto, la IV Región ha tenido una primavera excelente. En definitiva se estima que los efectos serán nulos o podrían solamente retrasar el inicio de la cosecha, ya que las uvas provenientes de esa zona son las más precoces. En el sur, los frutales menores y los manzanos se han visto afectados por la alta humedad ambiental y de suelo, lo que los hace más susceptibles a enfermedades fungosas. Se estima que los temporales repercutirán en la producción, ya que la mayoría de las especies estaba en etapa de floración y con las lluvias se pierden las flores y se limita la cuaja. En otro ámbito, cabe señalar brevemente que la Unión Europea abrió nuevamente su mercado para el ingreso de carne de ave proveniente de nuestro país, dando por superados, al menos con ese bloque, los problemas ocasionados por la aparición de la influenza aviar. Finalmente, en relación a versiones de prensa aparecidas en Argentina y Chile que aseguran que se habría autorizado el ingreso de carne bovina argentina, el SAG aclaró que el "ingreso de carnes bovinas argentinas a Chile está en proceso de normalizarse"; sin embargo, por ahora, "no está autorizado hasta cumplir con otras fases de carácter técnico, como la habilitación de frigoríficos".