Coyuntura macrosectorial, mayo 2007.

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Autor:
Gumucio A., María Amalia
Fecha de publicación:
2007-05-24
Temas:
BIOCOMBUSTIBLES - MAIZ - INDICADORES ECONOMICOS
estudiosBoletines

En el entorno internacional surgió una voz de alerta de parte de la ONU, en relación con el empleo de biocombustibles a modo de sustituto de los combustibles fósiles. La organización, que está preocupada por la potencial pérdida de biodiversidad asociada al monocultivo, advierte además que la utilización de maíz y azúcar para producir combustibles está aumentando los precios de los alimentos y, por esta vía, afectando a los más pobres. El organismo internacional sugiere estudiar detenidamente el impacto social, económico y ambiental de la bioenergía, antes de abordar un programa para su desarrollo. El rápido crecimiento de la bioenergía ofrece muchas oportunidades, pero también implica peligros y concesiones, subrayó la ONU en la presentación del estudio "Energía sostenible. Un marco para la toma de decisiones". El informe sopesa los beneficios y costos de la bioenergía en relación con la mitigación de la pobreza, el acceso a los servicios energéticos y el desarrollo de la infraestructura rural, junto con analizar su impacto sobre la seguridad alimentaria, el cambio climático, la biodiversidad y los recursos naturales, el empleo y el comercio.En el último informe sobre Estimaciones Mundiales de Oferta y Demanda Agrícola (WASDE, por sus siglas en inglés), publicado por el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos se expresa nítidamente el impacto esperado de la mayor producción de biocombustibles. Los primeros pronósticos para la temporada 2007/08 muestran que el país del norte no lograría recuperar su stock de maíz, 24 millones de toneladas aproximadamente, a pesar del impresionante aumento del área sembrada. El principal exportador mundial del cereal mantendría relativamente invariables sus existencias, pese a la baja de 3% en el uso de maíz para alimentación animal y a una caída de 10% en las exportaciones, debido al incremento de 58% en el uso de maíz para etanol. El stock de soya de EE.UU. caería drásticamente ante la disminución del área plantada y el aumento en el uso de soya para biodiesel. Por su parte, las reservas mundiales de trigo disminuirían a 113,4 millones de toneladas, 6% menos que la temporada anterior y el nivel más bajo detectado desde 1981/82. Algo similar ocurriría con las existencias finales de arroz, que declinarían por séptimo año consecutivo hasta alcanzar los 72 millones de toneladas.El pronóstico estadounidense imprimió un sesgo claramente alcista en los mercados. No obstante, la FAO aseguró que la tendencia a largo plazo de los precios se mantiene a la baja. Los recientes incrementos en los precios de muchos productos agrícolas son fluctuaciones de corto plazo, que pueden ser importantes, pero se basan en factores coyunturales. Entre ellos, la FAO destacó el rápido crecimiento económico de China e India y el impacto de los precios del petróleo en los cultivos susceptibles de ser utilizados para producir biocombustibles.La Comisión Europea puso énfasis en el marco macroeconómico y las expectativas del más fuerte crecimiento mundial en décadas, al concluir que los mercados agrícolas internacionales están ingresando en una "era de bonanza" que apuntalará los precios de materias primas como granos, aceite de maíz y vegetales, y pollos, en el próximo decenio. Para el ente regulador de la Unión Europea, estas perspectivas de mercado podrían verse alteradas por fenómenos tales como el mayor desarrollo de los biocombustibles, los cambios de políticas resultantes de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio y, obviamente, las condiciones climáticas. Aún no se sabe cuán estructural es el fenómeno de incremento en los precios del agro, pero el hecho es que los precios internacionales del maíz se ubican en máximos de 10 años. Esto aumenta el costo del forraje para el ganado y también el de la carne. Los precios del trigo y los lácteos también han aumentado en forma generalizada. Lo que sí está claro es que la demanda por bienes agrícolas se fortaleció como producto del rápido desarrollo de la industria de biocombustibles y de la expansión de China e India.Los mayores precios para las materias primas y, en particular, de los alimentos, han elevado los indicadores de precios a consumidor, dando origen a lo que algunos han denominado como: "agroflación". Si bien los cálculos de inflación subyacente descartan los precios de algunos alimentos y de la energía, por considerarlos altamente volátiles, la fuerte escalada mundial en el valor de los alimentos podría tener un componente más permanente y prolongarse en el tiempo, lo que terminaría por reflejarse en el índice de inflación. A su vez, ello podría inducir a los bancos centrales a aumentar la tasa de interés, poniendo un freno a la expansión de la actividad económica. En Chile, el Banco Central dio a conocer su Informe de política monetaria de mayo, donde visualiza un escenario de crecimiento de la actividad económica en un rango entre 5 y 6% en 2007. El instituto emisor afirma que, en esta coyuntura, el balance de riesgos para el crecimiento está sesgado al alza, mientras para la inflación se ubicaría en valores cercanos a 2% en el curso del segundo y el tercer trimestres, para luego volver al centro del rango meta.Luego del crecimiento de 6,5% que experimentó la economía en marzo, el panel de expertos consultados por el Banco Central de Chile para la elaboración del Indicador Mensual de Expectativas Económicas corrigió al alza la proyección del PIB para 2007, desde un 5,3% a un 5,7 por ciento. Las estadísticas de empleo del INE sitúan la tasa de desocupación nacional en 6,7%, el nivel más bajo de los últimos diez años. Los términos de intercambio y el escenario externo son más que favorables. La economía mundial se expande vigorosamente y las condiciones financieras, tanto internas como externas, siguen siendo ventajosas. En el sector agrícola todos los indicadores de actividad evolucionan positivamente. En el primer trimestre de 2007 la producción agroindustrial creció 8,3%, en relación con igual período del año anterior. El índice de ventas de la industria agroprocesadora exhibe un alza de 8,7% anual. La tasa de desocupación agrícola se situó en 2,3% en el trimestre enero - marzo de 2007, y las exportaciones de productos silvoagropecuarios se empinaron por sobre los 2.700 millones de dólares, con un incremento de 14,4% con respecto al primer trimestre de 2006.Las nubes están en el horizonte de los precios. En abril el dólar observado se cotizó en promedio a 532 pesos, cifra 2,9% superior al valor vigente en el mismo mes de 2006, pero considerada baja por los exportadores y los sustituidores de importaciones. La tasa de interés que cobra el sistema financiero en las operaciones de 90 a 365 días reajustables según variación de la UF subió 7,2% anual. A su vez, se verifica un fuerte aumento en el precio de los fertilizantes, los que presentan alzas superiores al 20% en abril de 2007, en relación con igual mes de 2006. A la inapelable caída de la banda de precios del trigo en la OMC se suma el alza en el precio de los insumos (energía y fertilizantes), el incremento en el costo del crédito y el bajo nivel del tipo de cambio, conformando un conjunto que afecta el estado de ánimo de algunos sectores de la agricultura.

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Gumucio A., María Amalia (2007-05-24) Coyuntura macrosectorial, mayo 2007. [en línea].  (Consultado: ).
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