Coyuntura macrosectorial, marzo 2008.

En 2007 el PIB nacional aumentó 5,1%. Por su parte, la demanda interna registró una mayor expansión, alcanzando un crecimiento de 7,8%. El consumo privado se incrementó en 7,7%, muy por sobre el alza de 5,8% que anotó el consumo del Gobierno. La formación bruta de capital fijo ascendió a 21,1% del PIB y experimentó una variación positiva de 11,9%, impulsada por el crecimiento de 15,5% de la inversión en maquinaria y equipos. El balance 2007 para el sector silvoagropecuario es positivo, con matices dados por las heladas, la caída en el valor del dólar y el incremento de los precios de algunos insumos, lo que se tradujo en una disminución de los márgenes de rentabilidad en varios rubros. El riesgo debe ser considerado en el agro y se han desarrollado instrumentos de mercado para administrarlo, tales como los seguros agrícola y de tipo de cambio.El PIB silvoagropecuario registró un crecimiento de 4,0% en 2007, en relación con el año anterior. A ello se suman las alzas de 8,3%, 9,3% y 5,9% que anotó en los años 2004, 2005 y 2006, respectivamente. Con estos resultados, el agro se ubica entre los sectores de mayor dinamismo de la economía nacional. En efecto, entre 2003 y 2007 el Producto Interno Bruto agropecuario y silvícola exhibe un crecimiento medio anual de 6,8%, cifra que se compara favorablemente con el promedio de 5,3% que alcanzó la economía chilena. Ambas cifras de crecimiento son buenas.Se ha dicho que la actividad agrícola viene decayendo sistemáticamente en los últimos años, pero las estadísticas no avalan dicha afirmación. En la expansión del sector silvoagropecuario durante 2007 incidieron principalmente la silvicultura y la fruticultura. Si bien todas las subactividades experimentaron crecimiento, sólo la silvicultura exhibió un alto dinamismo, determinado por el buen desempeño de la industria de la celulosa, donde entraron en operación dos nuevas plantas. De acuerdo con el Banco Central, el aumento de la actividad frutícola se sustentó en las exportaciones de fruta, las que cerraron en alza a pesar de haber registrado una importante caída en el cuarto trimestre, a causa de las mermas y retrasos en las cosechas provocados por las bajas temperaturas primaverales. Agricultura sólo habría crecido levemente, no obstante que los buenos precios internacionales de los cereales favorecieron el desempeño de los cultivos anuales. La actividad pecuaria mostró cifras azules, impulsada por el beneficio de porcinos y, en menor medida, por la producción de leche. El beneficio de aves cayó, como consecuencia del incendio que afectó, a fines del año 2006, a una planta de esa industria. El sector Pesca registró una nueva caída en su PIB. A la disminución de 9,7% de 2006 se agregó una caída de 0,1% en el valor agregado de esa actividad. Ello se explica por el débil desempeño de la pesca extractiva y de los centros de cultivo. En contraste, la producción de algas experimentó un fuerte dinamismo, que no llegó a afectar el resultado del sector, debido a su baja participación relativa. En la pesca extractiva, destacó el crecimiento del desembarque de anchoveta, en tanto el resto de las especies pelágicas sufrió una contracción. La subactividad centros de cultivo se vio afectada por los brotes de Virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón) y por el debilitamiento de los precios internacionales del salmón ante el aumento de la oferta noruega. La industria creció 2,5%. La rama Papel, imprenta y editoriales destacó entre las más dinámicas, con un alza de 18,4% en su producción, debido a la puesta en marcha de las nuevas plantas de celulosa. Alimentos, bebidas y tabaco registró un moderado crecimiento, que obedeció al incremento de la producción de concentrado para bebidas y productos elaborados del tabaco. El resultado de la actividad industrial se vio perjudicado por las caídas en las líneas Combustible, químicos, caucho y plástico; Textil, prendas de vestir, cuero y calzado, y Maderas y muebles. De estas tres ramas, la menor caída fue la de Combustible, químicos, caucho y plástico, pero fue también la de mayor incidencia negativa. Su contracción se explica por la menor producción de metanol, consecuencia de los cortes de gas natural argentino y de la refinación de diésel y gasolinas. La producción de prendas de vestir y textiles cayó, víctima de la fuerte competencia de productos importados, mientras la elaboración de productos madereros sufrió por la crisis hipotecaria de Estados Unidos.En 2007 los índices de ventas y de producción física de la industria agroprocesadora anotaron aumentos de 6,4% y 6,9%, respectivamente. Ambos se ubican por encima del promedio de la industria.El comercio exterior del sector continúa exhibiendo cifras récord año tras año. En 2007 el saldo en la balanza comercial de productos silvoagropecuarios se empinó por sobre los US$ 7.700 millones, las exportaciones llegaron a US$ 10.864 millones y las importaciones totalizaron US$ 3.124 millones. Los envíos agrícolas, pecuarios y forestales experimentaron crecimientos de 17,7%, 15,6% y 29,5%, respectivamente.Las importaciones de maquinarias e insumos para el sector silvoagropecuario aumentaron 24,1% en el año 2007. Si bien es cierto que los precios de algunos insumos, particularmente los fertilizantes, presentan importantes aumentos, no es menos cierto que el volumen de importación de insumos se incrementó. A su vez, hay que considerar que las importaciones de maquinarias y equipos también crecieron, a pesar de la alta base de comparación establecida en 2006. Todo ello refleja que se sigue invirtiendo en el sector agrícola.En el ámbito del empleo, se mantuvo la tendencia a la declinación de la fuerza de trabajo agrícola. En el último trimestre de 2007 la fuerza de trabajo de las actividades agricultura, pesca y caza totalizó 835 mil personas, 16 mil trabajadoras y trabajadores menos que en el mismo trimestre del año anterior. Al culminar el siglo XX, la fuerza de trabajo agrícola representaba el 13,5% del total nacional, descendiendo hasta ubicarse levemente por debajo de 12% en el año 2007. Esta pérdida de participación, que acompaña habitualmente los procesos de desarrollo, es bienvenida, porque está asociada a un aumento del producto por persona ocupada y no a un aumento del desempleo. La tasa de desocupación agrícola se situó en 3,2% en el trimestre octubre - diciembre de 2007, mientras su equivalente nacional superaba el 7%.Los indicadores de actividad económica del agro en 2007 muestran un panorama saludable, aunque no exento de problemas. Hay una cierta inercia en el crecimiento y un período de maduración de las inversiones que hacen que el deterioro en la rentabilidad no se manifieste en ajustes inmediatos. El complejo escenario externo, la restricción del crédito y los elevados precios de la energía obligan a evaluar minuciosamente las distintas alternativas productivas y a hacer gestión de riesgo.

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Gumucio A., María Amalia (2008-04-02) Coyuntura macrosectorial, marzo 2008. [en línea].  (Consultado: ).
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Recursos relacionados

Coyuntura macrosectorial, marzo 2009
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2009-04-01
Coyuntura macrosectorial, octubre 2008.
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2008-11-06
Coyuntura macrosectorial, enero 2009.
Autor(es):
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Fecha de Publicación:
2009-01-28