Coyuntura macrosectorial, abril 2002.

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Autor:
Gumucio A., María Amalia
Fecha de publicación:
2002-04-30
Temas:
EMPLEO - DESEMPLEO - INDICADORES ECONOMICOS - PIB - IPC - PRECIOS
estudiosBoletines

En el trimestre móvil diciembre 2001 - febrero 2002, el número de personas ocupadas creció 1,6%, en relación con igual período del año anterior, como resultado de la creación de 86.370 puestos de trabajo en la economía. No obstante, la tasa de crecimiento de las ocupaciones es lenta y el desempleo alcanzó a un 8,3% de la fuerza de trabajo, cifra superior al 8% del trimestre inmediatamente anterior, aunque inferior al 8,4% registrado un año antes. La tasa de desocupación se ubicó en 9,6% para las mujeres y 7,7% en el caso de los hombres. El repunte de la desocupación tiene un componente estacional, debido al comportamiento del empleo agrícola, y otro originado en el término de los planes municipales de empleo.Estos últimos se focalizarán en los meses de invierno, cuando se produce una baja en la ocupación de mano de obra. En abril comenzó a operar un programa de empleo que pretende favorecer a 53.000 personas a través de un subsidio, equivalente al 40% del salario mínimo por un período de cuatro meses, que se otorgará a empresas que contraten trabajadores desempleados. Además, se otorga un incentivo de $ 50 mil para contribuir a la capacitación del trabajador. La iniciativa cuenta con el apoyo del sector privado y el Ministro del Trabajo relevó que los estudios indican que más del 50% de los beneficiados con este programa en el año 2001 se mantuvieron en su puesto de trabajo luego de concluida la bonificación.Con una fuerza de trabajo de cinco millones 910 mil personas, el país exhibe un crecimiento económico que no ha estado acompañado con similar ritmo de aumento de la ocupación de mano de obra. En efecto, entre 1997 y 2001 el país creció a una tasa media anual de 2,3%, mientras el número de personas ocupadas se incrementó sólo en 0,5% anualmente.Al analizar la evolución de estas variables; PIB y empleo, en términos de tres agrupaciones de sectores: actividades primarias (agricultura, pesca y minería), industria y sector terciario, se aprecia que ellas se asemejan en cuanto a su composición estructural. Es así como las actividades primarias representan el 14,9% del PIB y exactamente el mismo porcentaje de la fuerza de trabajo ocupada; la industria aporta el 16,7% del PIB y genera el 14,3% de los puestos de trabajo, y el sector terciario es el responsable del 68,3% del PIB y del 70,8% del empleo.La dinámica de estas tres agrupaciones, en los últimos cinco años, difiere significativamente. El PIB primario se expande a una tasa anual de 5,7%, más del doble de la del país, mientras paralelamente se reduce el número de personas ocupadas a un ritmo de 1,4% por año. En la industria manufacturera la ocupación registra una caída de 2,4% como promedio anual, y el PIB se mantiene estancado. El sector terciario logra tasas de crecimiento de 2,3% para el PIB y 1,5% para el empleo. Estas diferentes evoluciones marcan cambios en la productividad de mano de obra que, en el caso de las actividades primarias, suben vigorosamente a una tasa de 7,2% anual. Con ello, dicho sector ha logrado superar su posición relativa, ya que tradicionalmente presentaba los menores niveles de productividad de la mano de obra. Obviamente, dentro de las actividades primarias hay algunas más pujantes, como la minería. En marzo el Indice de Precios a Consumidor-IPC- reflejó un aumento mensual de 0,5% en el nivel de precios de la economía. Esto se produce luego de varios meses en que el índice experimentó variaciones nulas o negativas que llevaron a algunas personas a sostener que el país se encontraba viviendo una alarmante situación recesiva, generada por una crítica restricción de la demanda interna. Algunas voces plantean que la política monetaria no es eficaz en el contexto actual y que es necesario que el Gobierno se embarque en una política fiscal más expansiva. Al margen de la discusión, sobre si las sucesivas rebajas de la tasa de interés están siendo adecuadamente traspasadas a los consumidores o si, por el contrario, éstas han ido a engrosar las utilidades del sector bancario, el hecho es que la tasa de interés promedio del sistema financiero, para colocaciones de plazos entre 90 días y un año reajustables por variación de la UF, registró un alza de 3,2% en febrero de 2002 en relación con el mismo mes del año anterior. La situación intentó explicarse con el argumento de que las empresas pequeñas, estrato donde se ubica la mayor parte de los agricultores, resultan riesgosas a la hora de otorgar créditos. No obstante, no parece razonable sostener que el riesgo de estas operaciones se haya incrementado substancialmente en el último año, tanto como para llegar a anular el efecto de la rebaja en las tasas de interés. Felizmente, en marzo las tasas de colocación bajaron en 18,6%, para operaciones reajustables en UF, y en 67,5% para las que se rigen por la variación del dólar.

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Gumucio A., María Amalia (2002-04-30) Coyuntura macrosectorial, abril 2002. [en línea].  (Consultado: ).
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