Coyuntura macrosectorial, octubre 2002.

Ya nadie habla de "un sólido ritmo de crecimiento" en los Estados Unidos. Un conjunto de señales económicas presagian tiempos difíciles. Lo positivo es que la anunciada invasión contra Irak se ha diferido. La guerra puede generar consecuencias imprevisibles, que exceden con mucho los desplomes bursátiles o el derrumbe de la inversión.Más al sur, en Brasil, el recientemente electo presidente Luíz Inácio da Silva, Lula, aseguró en sus primeras declaraciones que el país mantendrá la responsabilidad fiscal y sostuvo que es esencial que los organismos multilaterales restablezcan las líneas de financiamiento para las empresas y el comercio internacional, a fin de superar las turbulencias de la economía brasileña. A su vez, aseveró qué es urgente avanzar en las negociaciones orientadas a que los países desarrollados levanten las barreras proteccionistas y los subsidios que, finalmente, penalizan las exportaciones del tercer mundo y castigan fuertemente al sector agrícola.En relación con los subsidios agrícolas, hubo novedades en Europa. El presidente de Francia, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, llegaron a acuerdos en torno a la Política Agrícola Común -PAC-. La idea es establecer límites a los subsidios que la Unión Europea otorga a su agricultura, pero postergar por algunos años las reformas a la PAC. A contar de 2006 se congelarían los gastos al nivel en que se encuentran actualmente, con las debidas correcciones por factores inflacionarios. El acuerdo desbloquea el camino para el ingreso de países de Europa del Este a la Comunidad Económica.El sector público chileno ha estado en el banquillo en estos días. Primero fue la discusión sobre el presupuesto fiscal, donde se argumentó que los supuestos sobre los que se sustenta son excesivamente optimistas. Luego vino la acusación de falta de transparencia en la información sobre deuda pública, ante lo cual el Ministro de Hacienda entregó un balance consolidado entre el gobierno y el Banco Central, donde la sitúa en 9,1% del PIB. Eyzaguirre destacó que el endeudamiento fiscal es hoy un tercio del que tuvimos en 1990. Entonces comenzaron las denuncias de corrupción en el aparato estatal y mal uso de recursos públicos. Y si de señales se trata, los indicadores de actividad del sector agroindustrial se mostraron con una tendencia positiva. Las ventas de la industria agroprocesadora crecieron 3% en septiembre, en relación con el mismo mes del año anterior. El índice de producción física exhibió una moderada expansión (0,6%), liderada por la industria de la madera, que anotó un alza superior al 20% en su producción.En el ámbito del empleo agrícola, comenzó la recuperación asociada a la estacionalidad. En el trimestre móvil julio - septiembre la ocupación se elevó a 661 mil personas, 3% más que en igual trimestre de 2001. La tasa de desocupación sectorial fue 8,1%, lo que se compara con el 8,6% registrado hace doce meses.  La situación en materia de comercio exterior de productos silvoagropecuarios es coherente con lo anterior. A agosto la balanza comercial acumuló un saldo positivo de 2.696 millones de dólares. Las exportaciones ascendieron a US $ 3.504 millones, con un alza de 1,7% en relación con el período enero - agosto de 2001. Esta expansión se logra con aumentos en las exportaciones de productos procesados, que tuvieron un alza de 3,7%, llegando a US $ 2.109 millones. Las exportaciones primarias sumaron US $ 1.395 millones, lo que representa una caída de 1,2 por ciento.Entre los indicadores de precios destaca la drástica reducción en las tasas de interés de colocación. Al comparar las tasas de septiembre con las que regían hace doce meses, se aprecia que éstas se han reducido a cerca de la mitad, tanto en el caso de las reajustables por U.F. como en las que varían en función del valor del dólar.