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Empleo agrícola en la producción de semillas: una visión de género.

dc.coverage.temporal2002
dc.date.accessioned2019-09-30T16:57:58Z
dc.date.available2019-09-30T16:57:58Z
dc.date.created2003-11
dc.date.issued2003-11-18
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12650/3471
dc.description.abstractEn la balanza comercial de nuestro país, las exportaciones de semillas en 2002 representaron el 6,7% del valor total de las exportaciones del sector agrícola primario. En los meses de enero a agosto de 2002 y 2003, esta participación subió al 7,9% y 8,0%, al alcanzar 116 y 148 millones de dólares FOB, respectivamente.En un ranking de exportaciones por producto, las semillas de maíz figuraron durante 2002 en octavo lugar de importancia dentro de los 15 productos más representativos del sector silvoagropecuario, después de las uvas frescas, la celulosa de coníferas, el vino, las demás maderas aserradas de pino, las manzanas, los listones o molduras de madera y la celulosa de maderas distintas a las coníferas. En los meses de enero a agosto de 2003, las exportaciones de semillas de maíz aumentaron un 27,1%, respecto del mismo período de 2002, y se ubicaron en el decimotercer lugar de importancia.En cuanto al comercio exterior, es destacable el hecho de que el saldo de la balanza comercial de las semillas ha sido positivo en los últimos cinco años, y promedió cerca de 100 millones de dólares. Las exportaciones de semillas en el período 1998/2002 fueron, en promedio, 61.000 toneladas, por un valor FOB de 142 millones de dólares. En 2002 se exportaron 59.929 toneladas de semillas, por un valor FOB de 128 millones de dólares. En los meses de enero a agosto de 2003, las exportaciones totales de semillas aumentaron cerca de nueve mil setecientas toneladas respecto de igual período de 2002, para alcanzar a 66 mil toneladas y 148 millones de dólares FOB.Estas exportaciones nacionales de semillas son el producto de una superficie total con semilleros que en años anteriores se estimaba en cerca de 25.000 hectáreas, superficie que se ha mantenido con relativa estabilidad si se consideran las superficies de flores, hortalizas, forrajeras y otras especies que no figuran en las estadísticas oficiales anuales. Es así como los semilleros bajo certificación alcanzaron a 22.900 hectáreas (1999/00), a 18.400 ha (2000/01) y a 16.600 ha (2001/02), principalmente debido a los cambios en maíz, maravilla y trigo.Es indudable que tras estas cifras de superficie y de comercio, existe un número considerable de personas que laboran en todos los eslabones de la cadena productiva de semillas, tanto en el ámbito agrícola de investigación y producción, como a nivel industrial en plantas procesadoras de semillas y en los laboratorios públicos y privados. Por otra parte es necesario considerar a todas aquellas personas que trabajan en inspecciones de semilleros en terreno, en los puertos de entrada al país y a aquellas involucradas en el tema de comercialización.Sobre la base de los datos proporcionados por el VI Censo Nacional Agropecuario (Instituto Nacional de Estadísticas, 1997), se estimó que para el año 1997 la superficie dedicada a los semilleros de exportación era del orden de 21.601, las que fueron responsables de un trabajo equivalente de alrededor de 5.000 empleos permanentes1.En el siguiente Cuadro N° 1 se presenta la estimación realizada por ODEPA del número total de personas que trabajaron en el rubro de las semillas en el país para la temporada 2002/03, en diversas instituciones.De un total cercano a las 8.700 personas, que trabajaron directamente en el sector productivo nacional de semillas, un 61% fueron mujeres. Como se observa en el cuadro anterior, el trabajo femenino más significativo corresponde a aquel de nivel de campo, representado por la obtención manual de híbridos bajo invernadero (hortalizas), de semillas corrientes e híbridas en los campos de mejoramiento (breeding o nursery), y en la selección manual de semillas y en los laboratorios.En cuanto a las empresas semilleras, sólo se incluye la información entregada por cinco empresas, las cuales son representativas del sector y podrían señalar el comportamiento promedio de las empresas semilleras presentes en el país. No obstante, en éstas se destaca el trabajo femenino en los laboratorios y en inspecciones de terreno de los cultivos.En el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) un total de 34 personas trabajan en el mejoramiento genético y en la producción de semillas a lo largo del país. Seis profesionales mujeres son las que hacen investigación en semillas.Los bancos de semillas, bancos institucionales del INIA, están ubicados en el Centro experimental de Vicuña y en los Centros Regionales de Investigación, CRI, de La Platina, en Santiago; de Carrillanca, en Temuco, y de Quilamapu, en Chillán. La conservación de las semillas tanto nacionales como importadas, de diversas especies la realizan un total de siete personas, de las cuales, cinco son mujeres.Respecto de la labor del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) relativa a los semilleros, está constituida por el accionar del Departamento de Semillas en Santiago, y de los Laboratorios Oficiales de Análisis de Semillas de las regiones V (Valparaíso), VIII (Chillán), IX (Temuco) y X (Osorno), y del Laboratorio de Lo Aguirre, en Santiago. Se ha estimado un total de 35 personas que trabajan anualmente en las labores tradicionales del Departamento de Semillas y otras 70 personas que se contratan para apoyar las labores de inspección y el trabajo en los laboratorios (análisis de calidad, germinación y de pureza, y de aspectos fitosanitarios), en el período peak de la producción de semillas, entre los meses de diciembre de un año hasta mayo del año siguiente.En cuanto al uso de mano de obra en los semilleros, en esta ocasión se comentaran cifras elaboradas por ODEPA obtenidas de estimación propia y proporcionadas por algunas empresas semilleras. Estos datos pueden ser mejorados y precisados; sin embargo, como una primera aproximación al tema de género, se pueden obtener algunas conclusiones respecto del trabajo femenino involucrado en la producción de semillas.Con los datos de la superficie destinada a la producción de semilleros bajo certificación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), del VI Censo Nacional Agropecuario (INE, 1997), del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y de las empresas semilleras presentes en Chile, se estimó que la superficie dedicada a los semilleros era del orden de 21.100 hectáreas, para la temporada 2002/03.En el excelente prestigio de las semillas nacionales alcanzado en el mercado internacional, además de las buenas condiciones meteorológicas y técnicas productivas, controles e inspecciones, relacionados con ellas, ha contribuido de manera importante el trabajo manual efectuado en la producción de semillas con distintos requerimientos de mano de obra, que se encuentran determinados por los parámetros productivos de cada especie que se multiplica. No obstante que se realizan labores agrícolas comunes a la producción comercial de algunos cultivos, como la preparación de suelos, la siembra y el control de plagas y enfermedades, existen numerosas labores adicionales que se deben hacer con el objetivo específico de obtener las semillas correspondientes. En lo que se refiere a los costos adicionales de producción de las semillas, con relación a sus homólogos comerciales, estos son considerables. Ello es especialmente notorio en algunas especies o tipos de semillas, como los híbridos, ya que, además de los insumos y de las jornadas en maquinaria, se requiere un número considerable de jornadas de trabajo manual, que no puede ser reemplazado por la mecanización, a lo menos a nivel de campo. Una característica de este trabajo manual es la oportunidad de empleo que tiene la mano de obra femenina: la producción de semillas es un trabajo complejo, que requiere de labores muy específicas y de precisión, para las cuales se prefiere el trabajo femenino.Entre las labores usadas en las especies de autofecundación (arroz, avena, cebada, trigo, sorgo, lino, tabaco, soya) se pueden señalar: eliminación de plantas de otras variedades, plantas fuera de tipo, plantas de otros cultivos y plantas de malezas; recolección de semillas aisladas del resto; selección de plantas individuales o grupos de las mismas dentro de poblaciones mezcladas; protección de flores con bolsas (para evitar que el polen extraño caiga en el estigma); polinización cruzada artificial en numerosas especies (selección de plantas madres; remoción de las anteras con pinzas o destrucción del polen por medio del calor, el frío o el alcohol, antes de que el polen se derrame; el encapuchado de las flores; recolección de polen viable del progenitor masculino; fecundación manual con este polen de las flores de plantas emasculadas o femeninas con pinzas, trozos de cartón o pinceles), etc. En las especies de fecundación cruzada (alfalfa, trébol, festuca, gramíneas perennes, centeno, maíz, acelga, betarraga, remolacha) se presentan algunas labores como: la siembra de hileras alternadas de semillas machos y hembras; el despanoje o despigamiento del progenitor hembra; el aislamiento de la flor femenina o encapuchado; la recolección de polen viable; la fecundación manual de las flores femeninas con pinzas, trozos de cartón o pinceles; la selección de plantas (para después mezclar sus semillas), etc.En el Cuadro N° 2 se incluye una estimación preliminar para la temporada 2002/03 del empleo directo por género del sector semillero nacional. Se adjuntó la superficie oficial informada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de los semilleros bajo certificación y, en el caso de algunas especies que no tuvieron siembras bajo esta modalidad en la temporada 2002/03, se utilizó un promedio de las superficies de las temporadas anteriores. En algunas hortalizas se incluyó la superficie informada por el Censo (INE, 1997). En otras semillas de hortalizas, cuya producción corresponde en el mayor porcentaje a semillas de polinización abierta (60%), se estimó que el resto de la superficie entregada por el VI Censo Nacional Agropecuario (INE, 1997) correspondería a la siembra de semilla híbrida manual, como tomate, pimiento y pepino.La estimación del número de jornadas por hectárea necesarias para la producción de semillas, se realizó en base a la información disponible de estándares técnicos de cada especie. Estos parámetros corresponden a un promedio, el cual, dependiendo de la zona de producción o de las técnicas de cultivo, puede variar de acuerdo a la situación particular de cada empresa semillera.Con la información proporcionada por distintas fuentes públicas y privadas y por algunas empresas semilleras, relativa a la participación del trabajo femenino en la obtención de semillas en el país, se obtuvo el número de personas que trabajaron o tuvieron su empleo directo en semilleros, y fue posible entonces elaborar una primera estimación de cuánto participa la mujer en una importante actividad agrícola nacional. Considerando como promedio la superficie indicada en el Cuadro N° 2, de alrededor de 21.100 hectáreas de semilleros, éstas significarían la utilización de aproximadamente 2 millones de jornadas de trabajo en el campo, de las cuales un 65% corresponden a trabajo femenino.es_ES
dc.languageEspañoles_ES
dc.subjectSEMILLASes_ES
dc.subjectEXPORTACIONES AGRICOLASes_ES
dc.subjectGENEROes_ES
dc.subjectEMPLEOes_ES
dc.titleEmpleo agrícola en la producción de semillas: una visión de género.es_ES
dc.typeArtículoses_ES
dc.contributor.institucionalOficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)es_ES
dc.uri.originalhttp://www.odepa.gob.cl/articulo/empleo-agricola-en-la-produccion-de-semillas-una-vision-de-genero-2/
dc.coverageChilees_ES
dc.sectorAgrícolaes_ES
dc.coverage.ciudadSantiago, Chilees_ES


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2009-08-17
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